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Esta publicación la construyo sobre las tres anteriores, en donde he buscado responder ¿Qué podemos hacer cuando enfrentamos una crisis económica en casa? Basadas en Filipenses 4:10 en adelante. Palabras que el apóstol Pablo escribe cuando está preso. Si no las ha leído, léalas ahora en:
Publicación 1 – Ore para exclamar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Publicación 2 – Ore para exclamar “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”
Publicación 3 – Ore para exclamar “He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias”

El apóstol Pablo no sólo podía exclamar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. El “todo” implica toda situación buena o mala. No lo veía como un amuleto a recitar para que nada malo pase, sino una realidad a enfrentar sea lo que pase, tomado de la mano de Cristo, quien lo fortalecía siempre.

No sólo podía exclamar: “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”. Su satisfacción no se basaba en las cosas que tenía, sino en Cristo, quien era su todo. En mucho o en poco, estaba satisfecho. Decía que no estaba necesitado, no porque no tuviera necesidad, sino porque estaba satisfecho con lo que tenía y en donde estaba.

No sólo podía exclamar: “He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias en que me encuentre”. El problema no eran las circunstancias, sino no adaptarse a las que le tocaran vivir. Pobreza o abundancia, hambre o saciedad, en cada una de ellas aprendía a vivir. Se ajustaba a su realidad presente. En pobreza no lloraba por la riqueza de antes y en riqueza no vivía triste por la pobreza de antes.

Pero, además, podía exclamar: “»Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados. No he codiciado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie. Ustedes mismos saben bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros. Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”».” La Biblia en Hechos 20:32-35

Es cierto que la iglesia de Filipos lo apoyo vez tras vez en su ministerio, pero el resto del tiempo que no tenía apoyo, se dedicó a trabajar con sus propias manos. Según Hechos 18:1-3, se dedicaba a hacer tiendas de campaña. Un tiempo trabajó con Priscila y Aquila, una pareja de esposos judíos, que también hacían tiendas de campaña y a la vez, predicaban el evangelio.

Trabajar no sólo es nuestra manera de subsistir, sino de ayudar a los nuestros, al necesitado y a la obra de Dios. Es también, nuestra adoración a Dios. Porque todo lo hacemos cómo para el Señor, en el nombre del Señor y de buena gana.

Cuando trabaje, trabaje con todo empeño. Trabaje duro, como dice el apóstol Pablo. Sin importar el jefe que tenga, trabaja para el Jefe de jefes que está en el cielo. De él recibirá su recompensa. Y si no hay trabajo por causa de la pandemia del Coronavirus, venda lo que tenga, venda lo que pueda hacer y sea creativo. No podemos quedarnos de brazos cruzados, ni el apóstol Pablo lo hizo.

Y tenga presente que, en la vida, hay malos momentos, pero también buenos momentos. Enfrente ambos con la misma fe y entrega a su trabajo y a Dios.

Y recuerde esas palabras del Señor Jesús que, si no estuvieran registradas en el libro de Hechos, se hubiera perdido: “Hay más dicha en dar, que en recibir”.

Esto pareciera una contradicción. Si a nosotros nos gusta recibir regalos. No sólo para nuestro cumpleaños, para Navidad y en cualquier época. Pero dar, eso es otra historia. Eso es desprenderse del fruto del esfuerzo, para que el que no tiene, a veces, a pesar de su esfuerzo.

¿Cómo es posible que haya más dicha en dar que en recibir? Siempre digo: cuando yo tengo, yo sonrío. Cuando yo comparto, dos sonríen. Conviértase en un ángel para otros. Un ángel para los desconocidos que ni siquiera podrán saber quién es usted, pero que de la nada aparece. Abra sus ojos a la necesidad y haga algo al respecto. Cuando lo haga, comprenderá que hay más dicha en dar que en recibir.

Y si por ahora, usted está en necesidad, abra su corazón a su familia espiritual. Seguro muchos de ellos podrán apoyarle. Pero no sólo eso, pregúntese ¿Qué tengo en mis manos? Qué puede enseñar por Internet, que para usted es simple, pero para otros un tesoro. Qué puede producir y vender rápido.

Trabajar no sólo es nuestra manera de subsistir, sino de ayudar a los nuestros, al necesitado y a la obra de Dios. Es nuestra adoración a Dios. Porque todo lo hacemos cómo para el Señor, en el nombre del Señor y de buena gana. Clic para tuitear

El apóstol Pablo lo tenía claro. Trabajaba duro para dar. Era un caso especial. Otros trabajan duro para tener. El trabajaba duro no sólo para sostenerse sino para ayudar a los necesitados. Y ¿Cuál era su inspiración? Las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”.

Y esas palabras no salieron de un maestro teórico que exigía y no lo demostraba. Jesús dio lo más preciado, su vida. Y en la cruz murió, para darnos la riqueza más grande que todo ser humano pueda experimentar, la paz con Dios. El privilegio de ser llamado hijo de Dios, adoptado en Jesús, perdonado en Jesús, empoderado para llevar una nueva vida por el espíritu de Jesús y con promesa de vida eterna.

“En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.” La Biblia en 1 Juan 3:16-18

Trabaje para suplir las necesidades de su familia, trabaje para bendecir al necesitado y trabaje para sostener a su congregación. Recuerde que la ley del Antiguo Testamento ponía un límite que era el diezmo, la gracia es ilimitada. Demos de un corazón agradecido a la familia, al necesitado y a nuestra congregación. Ore para que pueda exclamar: “Hay más dicha en dar que en recibir”.

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En las últimas dos publicaciones, hablamos sobre dos oraciones que debemos aprender a hacer en medio de una crisis económica en casa.

Debemos orar para exclamar como el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” y orar para exclamar “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”.

Lea las dos publicaciones anteriores dando clic aquí y aquí. Hoy hablaré sobre la tercera cosa que podemos hacer cuando enfrentamos una crisis económica en casa.

Ore para exclamar como el apóstol Pablo “He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias”

¿Qué antecede a Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”? Veamos dos versículos atrás.

Filipenses 4:11 “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre.” Pablo sí está necesitado y no está necesitado. Está preso mientras escribe y aún así, dice que no está necesitado. No está necesitado, en el sentido que ha aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que se encuentre. Cristo es su todo. Veamos ahora un versículo adelante y el que antecede al conocido versículo de “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Filipenses 4:12 “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.”

¡Wow! Y que el apóstol Pablo sabe lo que es vivir en pobreza y en abundancia. Sabe lo que es estar saciado y lo que es pasar hambre. Lo que es tener de sobra, como sufrir escasez. Pero hay quienes siguen predicando que siempre andaremos “en victoria” y no veremos jamás un tiempo de pobreza, hambre o escasez.

¡Wow! Y que el apóstol Pablo sabe lo que es vivir en pobreza y en abundancia. Sabe lo que es estar saciado y lo que es pasar hambre. Lo que es tener de sobra, como sufrir escasez. Pero hay quienes siguen predicando que siempre… Clic para tuitear

Cuando se enseña que los creyentes, por ser hijos de Dios, no pueden enfrentar calamidades como pobreza, hambre o escasez, estamos formando creyentes con raíces superficiales, que ante la primera crisis que enfrentan, son arrancado y abandonan su fe.

Peor aún, cuando se enseña que no existe enfermedad que pueda con el cristiano. Y que la fe, siempre debe producir una sanidad total. Cuando hasta Lázaro, que fue resucitado por Jesús, ya se murió. Cuando un Esteban o un Jacobo fueron sacrificados por causa del evangelio al principio del libro de Hechos. Esto ni desmotivó a los discípulos, sino al contrario, los empoderó aún más a seguir proclamando la salvación y el perdón de pecados en Jesús.


La victoria sobre la que el cristiano celebra, no es la que puede obtener con el esfuerzo, sino la que obtiene cuando el esfuerzo ya no puede y sólo la fe entra. Es la que Cristo obtuvo en la cruz sobre el pecado y sobre la muerte al resucitar al tercer día. Esa victoria nada puede moverla. Es real, certera y prometida en Cristo.

Cuando se enseña que por ser hijos de Dios, no podemos enfrentar calamidades como pobreza, hambre o escasez, estamos formando creyentes con raíces superficiales, que ante la primera crisis que enfrentan, abandonan su fe. Clic para tuitear

Nuestra esperanza no es una vida eterna en este cuerpo terrenal, sino una vida eterna en un cuerpo celestial. Nuestra esperanza no es esta tierra, es el cielo, nuestra esperanza viva. Aquella que jamás decrece ante ningún sufrimiento. Es certera.

Pablo no se queja porque ha enfrentado pobreza – aunque también ha disfrutado de la abundancia -. Pablo no se queja porque ha pasado hambre – aunque también ha quedado saciado -. Pablo no se queja porque ha pasado escasez, – aunque también ha tenido de sobra -. Pablo ha aprendido a vivir en cualquier situación en que se encuentre.

Aprender a vivir en cualquier situación en que se encuentre, es hacerle frente a lo que venga y a lo que pase, con el gozo de estar en Cristo a pesar de las situaciones. Cuando hay, aprendo a vivir en la abundancia. Cuando no hay, aprendo a vivir en la escasez.

En un taller sobre negociación y persuasión, que Dios me concedió estudiar en la Universidad de Harvard, escuchando entre otros al que fue el profesor de Negociación del presidente Obama, cuando estudió allí, aprendí algo interesante.

Nuestra esperanza no es una vida eterna en este cuerpo terrenal, sino una vida eterna en un cuerpo celestial. Nuestra esperanza no es esta tierra, es el cielo, nuestra esperanza viva. Clic para tuitear

El profesor decía: “A veces hacemos grandes negociaciones, pero nos sentimos fracasados. Porque nuestra expectativa de nuestra negociación era demasiado alta. Sin embargo, la negociación es muy buena, pero en lugar de llenarnos de satisfacción nos sentimos frustrados. Tengan cuidado, porque el nivel de sus expectativas, determina al final de cuentas, el nivel de su satisfacción”.

¿Qué expectativas tiene el cristiano para estar satisfecho y vivir feliz? Lo que dice 1 Timoteo 6:7 y 8 “Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.”

Pablo se va aún más bajo de estas palabras que escribió en 1 de Timoteo cuando dice que  ha aprendido a pasar hambre y ha aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias incluyendo el hambre. Y en medio del hambre declara: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Económicamente, en donde está, esté. Si hay, disfrute y comparta de su dinero, tiempo y talento. Si no hay tanto, ajústese a lo que tiene y comparta de su tiempo y talento si no alcanza para compartir dinero.

Ore al Padre para que pueda exclamar como el apóstol Pablo en Filipenses 4:12 “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.”

Aprenda a vivir en todas y cada una de las circunstancias porque “Todo lo puede en Cristo que lo fortalece”.

Animo, todo lo que estamos viviendo en esta pandemia, pasará. Dios sea con nosotros… Y que no salgamos siendo los mismos.

Si aún no la ha leído las dos publicaciones anteriores de clic aquí y aquí.

En la próxima publicación seguiremos hablando ahora de cómo enfrentar las crisis económicas con la creatividad que nos da Dios.

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En la publicación anterior, vimos la primera cosa que podemos hacer, cuando enfrentamos una crisis económica en casa. Y es orar para que podamos exclamar como el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Orar, para ser fieles a Dios, en medio de cualquier situación.

Dijimos que todo lo puedo en Cristo que me fortalece, no es un amuleto a recitar, para que nada malo me pase. Sino al contrario. El todo, implica cualquier situación: buena o mala. De abundancia o de escasez. De saciedad o de hambre. El todo implica todo. Ya sea que me vaya bien o mal, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Es más, el apóstol Pablo estaba preso, cuando expresó esas palabras. Lea la publicación anterior o vea el video.

¿Qué podemos hacer en medio de una crisis económica en casa?

2. Ore para que pueda exclamar como el apóstol Pablo “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”.

Siempre que leemos un pasaje bíblico, para buscar descubrir el propósito original del autor, no leemos e interpretamos sólo ese pasaje. Siempre vemos como encaja en su contexto literario – lo que viene antes y después del libro, del testamento y de la Biblia como un todo -.

Si Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, se interpreta sólo en esta oración, entenderíamos que no existe límite alguno para nada. Ni siquiera la ley de la gravedad sea aplicaría a los creyentes, pero su contexto, nos muestra el verdadero significado que Pablo inspirado por el Espíritu Santo, quiso comunicarles a los cristianos en la ciudad de Filipos.

¿Qué comienza diciendo el apóstol Pablo unos versículos arriba? “Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí. Claro está que tenían interés, solo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo.” La Biblia en Filipenses 4:10


El interesarse en él, es nuevamente enviarle una ofrenda para sus gastos mientras está preso. Por eso escribe Pablo la carta, Epafrodito, le llevó una ofrenda de parte de los creyentes en la ciudad de Filipos, se enfermó estando con Pablo y casi se muere y ahora lo envía de regreso con esta carta para ser leída por todos los creyentes, agradeciéndoles por la misma y tocando a la vez, otros temas.

En los versículos 14 al 19 Pablo les dice que hicieron bien en participar en su angustia. Porque son la iglesia que ha participado vez tras vez con él, en sus ingresos y gastos, para suplir sus necesidades. Por lo les dice que: “Dios les suplirá todo lo que les falta conforme a sus riquezas en gloria”.

Pablo está preso. Y sin embargo dice que no está necesitado, pero él sí está necesitado. ¿Por qué dice que no está necesitado? Él dice: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. 12 sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia.” La Biblia en Filipenses 4:11-12ª

No es que el apóstol Pablo no tuviera necesidad, a lo largo de su ministerio, aprendió algo que es una clave para su vida y para la vida de los que leerán: “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia.”.

¿Satisfecho en pobreza? Y ¿Satisfecho en riqueza? Si quiera ¿Es esto posible? Pablo nos dice que así vive él, porque todo lo puede en Cristo que lo fortalece. Su fuerza viene de Cristo quien lo salvó de los pecados, quien le prometió vida eterna a todo el que se arrepiente y cree.

En Guatemala cuando alguien le ofrece servirle de nuevo comida en su plato y ya está lleno, usted exclama: “Gracias. Ya estoy satisfecho”. Esto significa que no necesita más. Pablo nos dice, esta es la actitud ante la pobreza o la riqueza que tengamos que enfrentar. Estemos satisfechos en donde estemos, porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Esto no implica amar la pobreza, ni amar la riqueza. Implica amar al dador de la vida y de la vida eterna, en medio de ambas situaciones. Sabiendo que a veces estamos arriba y a veces, abajo. Pero en Cristo, lo podemos. En pobreza, no anda sufriendo por la riqueza que tenía antes, y en riqueza, tampoco sufriendo por la pobreza que enfrentó antes.

Mi oración es que en medio de cualquier crisis económica que pueda estar enfrentando en su vida, pueda exclamar “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”. Esto es algo que se aprende y se aprende en Cristo. Pablo había estado en varias ocasiones en riqueza, luego en pobreza, otra vez en riqueza y de nuevo en pobreza. Pero todo lo podía en Cristo que lo fortalecía.

Mi oración es que en medio de cualquier crisis económica, pueda exclamar “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre”. Esto es algo que se aprende y se aprende en Cristo. Clic para tuitear

En pobreza o en riqueza, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Aprendamos a estar satisfechos en él y a permanecer fieles en él. Porque la promesa eterna es mayor que todo lo terrenal y todo un día pasará y estaremos en la gloria con nuestro Señor Jesucristo.

En pobreza o en riqueza, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Clic para tuitear

En la siguiente publicación, continuaremos hablando sobre qué podemos hacer en medio de una crisis económica en casa.

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Ayer una reunión virtual con más de 300 maestros de la Zona de Campeones, quienes atienden el departamento de Niños en La Fráter. Al terminar la predicación, nos reunieron en grupos pequeños. En el que me tocó – no dirigí, sólo estaba como uno más –, todos presentaron sus peticiones de oración.

Dos eran los temas principales. Peticiones por salud, porque dos de los que estaban en nuestro grupo, tienen parientes que trabajan en un hospital. Una esposa y una mamá.

El segundo tema de oración, fue el tema económico. Un joven músico, nos contaba: “A mi papá lo despidieron de su trabajo. A mi hermano, también lo despidieron de su trabajo, y ahora, sólo quedo yo. Oremos porque mi trabajo continúe.

Otro miembro del grupo, se dedica al turismo. Tiene una agencia de viajes, que organiza entre otras cosas, viajes para alumnos de estudio a Inglaterra y a New York. Su descripción de su situación fue esta: “Mi empresa está cerrada”. Y seguramente permanecerá así por un buen tiempo.

Un tema extra que surgió, fue la oración de una jovencita. Que pedía por el trabajo de su papá pues en su negocio las cosas no andaban bien. Pero a la vez, agradeció porque trabaja en la industria de alimentos, y, al contrario, de otros negocios, les estaba yendo muy bien y quería agradecer por su trabajo.

¿Qué podemos hacer en medio de una crisis económica en casa?

1. Ore porque pueda exclamar como el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Este pasaje que encontramos en Filipenses 4:13, lo tenemos memorizado. No significa que nada malo nos va a pasar. De hecho, Pablo, quien escribe esta carta inspirado por el Espíritu Santo, mientras la escribe, está preso. Esto nos dice algo fuerte.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, no es un amuleto a recitar, para que nada malo me pase. Sino al contrario. El todo, implica cualquier situación: buena o mala. De abundancia o de escasez. De saciedad o de hambre. El todo implica todo. Ya sea que me vaya bien o mal, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, no es un amuleto a recitar, para que nada malo me pase. Sino al contrario. El todo, implica cualquier situación: buena o mala. De abundancia o de escasez. De saciedad o de hambre. Clic para tuitear

No importa la situación que tengamos que enfrentar, podemos enfrentarla. No sólo en nuestras fuerzas, porque estas topan, sino más allá de nuestras fuerzas, siendo fortalecidos en Cristo. Jesús es el que nos fortalece. ¿Cómo nos fortalece Jesús?

Su ejemplo de perseverancia nos inspira. En obediencia al Padre, qué no soportó. Nosotros somos llamados a soportar, porque él es nuestra esperanza. “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.” La Biblia en Hebreos 12:2-4

Dios nos fortalece en Cristo, porque en Cristo, la mayor angustia que cualquier ser humano podría tener, la condenación por los pecados del Dios Todopoderoso, ha sido quitada. Ya no estamos bajo condenación, Jesús tomó nuestro lugar en la cruz del Calvario. Y nos dio perdón de pecados. Tomó nuestro lugar en la condenación y nos otorgó su justicia. Pues fue tentado en todo pero sin pecado.


Dios nos fortalece en Cristo, porque a pesar que murió por nuestros pecados, al tercer día resucitó. Y así como resucitó, también nosotros cuando muramos, resucitaremos a una nueva vida. Al final de cuentas, no importa el sufrimiento que podamos enfrentar en esta tierra, viene el descanso eterno. Cerrar los ojos en esta tierra, es abrirlos al sueño humano: un gobierno, pero eterno, con justicia y rectitud, donde no hay muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor. Y en qué lugar, en el cielo, donde ya no tendremos este cuerpo terrenal que tiende al pecado y al mal. Bien llamado, el paraíso.

Pablo dijo: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” La Biblia en Filipenses 1:21 ¿Por qué podía decir esto con propiedad? Este judío perseguidor de la iglesia cristiana, se convirtió en el predicador del evangelio que antes perseguía. Cristo, ya resucitado, se le apareció camino a Damasco, lo confrontó y lo comisionó. Pablo, tenía la certeza de la vida eterna, había visto en una luz fuerte al Cristo resucitado, había escuchado su voz, vivir ahora era Cristo y morir ganancia, estaría con él para siempre. El fin aquí, es el inicio de la eternidad en el cielo.

Pablo, tenía la certeza de la vida eterna, había visto en una luz fuerte al Cristo resucitado, había escuchado su voz, vivir ahora era Cristo y morir ganancia, estaría con él para siempre. El fin aquí, es el inicio de la eternidad en… Clic para tuitear

¿Qué le abre en su mente y corazón el leer todo esto? No sé cuál sea su crisis, pero pido en oración, que en medio de ella pueda declarar como Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Lea la segunda parte sobre qué podemos hacer en medio de una crisis económica en casa dando clic aquí

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