Increíble… el primer gol del mundial 2014 fue un autogol. Marcelo del equipo de Brasil, anotó un autogol en el partido contra Croacia. Entré a Twitter y dentro de los tuits destacados estaba uno que 30 minutos después de haber sido publicado tenía 521 retuits y 207 personas lo habían marcado como favorito. El Tuit decía: “Marcelo está condenado de por vida por ese autogol”.
Neymar a sus 22 años y al minuto 29 del primer tiempo, empató el partido. Brasil y Croacia estaban empatados. Algunos tuits que encontré fueron: “Ni Pelé, ni Kaká, ni Ronaldinho, ni Rivaldo, ni Ronaldo marcaron en su Debut Mundialista. Neymar Sí”. Otro tuit decía: “Resumen del primer tiempo: – Marcelo la embarra (sustituí la palabra ya que tenía una más fuerte). – Neymar la salva.”
¿Qué hubiera pasado si Neymar hubiera anotado el autogol y Marcelo los dos goles?
Por supuesto que la reacción hubiera sido la misma sólo que con diferente persona. Y es que el hombre ama por obras. Quien juega bien tiene el aprecio, quien juega mal, tiene el desprecio.
¿Qué hubiera pasado si Marcelo además de anotar el autogol hubiera anotad el gol del empate?
Marcelo hubiera sido odiado por el primer gol y luego súbitamente después del segundo gol hubiera pasado de ser odiado a ser amado. Y es que el hombre ama por las obras.
No hay nada que Marcelo pueda hacer por su pasado. De por vida estará marcado por ese primer no gol, sino autogol en el mundial Brasil 2014 y en su propio país. Ya me imagino los titulares a nivel mundial el día de mañana. Es cierto, hablarán de la victoria de Brasil pero también del autogol de Marcelo. No hay nada que pueda hacer con su pasado.
No hay nada que nosotros podamos hacer por nuestro pasado. Todo error del pasado ya es un hecho. No se puede regresar el tiempo, no se puede cambiar el momento, ya es historia, parte de nuestra historia.
Quien expresó palabras hirientes no puede regresarlas. Quien perdió la virginidad no puede recuperarla. Quien atropelló y mató a otro bajo los efectos del alcohol, no puede resucitar al atropellado. Quien recibió soborno no puede devolver el dinero y asunto arreglado. Quien anotó un auto gol no puede ni echando 20 goles en el mismo mundial, borrar ni enmendar su error. Quien cometió un error, quien pecó, no tiene escapatoria, está condenado. Lo bueno es que en la vida espiritual no es así. Dios es especialista en borrar pasados para que podamos escribir nuevos futuros. Dios es especialista en borrar autogoles, para que podamos levantarnos y anotar goles.
Le dejo cinco lecciones sobre estos dos primeros goles del mundial y el corazón perdonador de Dios:
1. Quien ha pecado no puede hacer nada por su pecado, ya está condenado.
Así como Marcelo no puede hacer nada por su autogol, nosotros no podemos hacer nada por nuestros pecados, todos somos pecadores y estamos condenados. De hecho la Biblia dice que no hay justo ni siquiera uno. Es decir que ni la abuelita que parece una santa y que cuando suda, suda agua bendita, es justa. Todos en este mundo somos pecadores y estamos condenados a muerte y a muerte eterna. Así como un juez condena al que ha quebrantado la ley y no por eso es un juez malo sino un juez justo, de la misma manera Dios es un juez justo y condena al pecador.
2. Quien se arrepiente de sus pecados, los confiesa y se aparta, alcanza misericordia
Por mucho que Marcelo se arrepienta de ese error, millones de fans seguro nunca lo perdonarán. Por el contrario, Dios sí perdona a todo pecador que se arrepiente de sus pecados. Dios muestra misericordia a quien se arrepiente de sus pecados. Misericordia es no dar el castigo que alguien merece.
Arrepentirse es experimentar un cambio de mente que nos acerca a Dios. Involucra apartarse del pecado y volverse a Dios. Nace del saber que los mandamientos que Dios dijo en la Biblia existen para evitarnos sufrir y no para evitarnos vivir. Es reconocer que mi estilo de vida que he elegido, no es el estilo de vida que Dios ha definido y que sólo Su estilo de vida me dará una verdadera vida abundante. Por lo que ahora abandono mi estilo de vida y mi plan, por Su estilo de vida y su plan. ¿El fruto? Paz con Dios y paz con el prójimo.
3. Jesús fue condenado a muerte por mis pecados y por eso yo soy libre
Dios se vistió de carne y huesos para venir a la tierra en la vida de Jesús. Fue tentado en todo pero nunca pecó. Él era 100% Dios porque Dios era su Padre y 100% hombre porque María era su madre. ¿Cuál era el propósito de su venida? En el Antiguo Testamento Dios le había permitido al pueblo de Israel que un animal podía morir en lugar de alguien más. Ese animal debía ser perfecto. Siempre alguien (un animal) moría en el lugar de otro (una persona).
Cuando Juan el Bautista vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Dios es Cordero perfecto (primer hombre sin pecado) que muere en la cruz por mis pecados y los pecados de toda la humanidad. Ahora por fe en ese sacrificio del hijo de Dios, del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, yo soy libre de la condenación porque el cambió el lugar conmigo. Yo era el condenado a la pena de muerte, pero él llegó y me dijo: “Yo nunca pequé, pero yo tomaré tu lugar. Ve y sé libre”. Jesús murió por los pecadores para darnos vida. Nos hizo libres de la condenación. El perdón de pecados se recibe por gracia, es decir, sin hacer nada. La gracia es ese favor inmerecido que recibe el pecador que se arrepiente de sus pecados.
4. Dios nos ama no por lo que hacemos, sino a pesar de lo que hicimos
La gente ama a los futbolistas por lo que hacen y los odia y hasta rechaza por lo que no hacen o hacen mal. Dios no es así, Dios no nos perdona por nuestras obras. No somos declarados justos por nuestras obras, sino por Su obra en la cruz. El evangelio de Jesús es ese mensaje que dice: “A pesar de sus obras, si se arrepiente de sus pecados, Dios lo declara a usted justo y lo libera del pecado. Todo por Su obra en la cruz”.
5. No somos justificados por nuestras obras, pero somos llamados a hacer buenas obras. Y si fallamos, su gracia siempre está a nuestro alcance
Algunos dirán: “Un autogol se le perdona a Marcelo, pero dos no”. Dios no es así. Dios lo declara a usted justo por Su obra en la cruz del Calvario y perdona sus pecados, pero demanda de sus hijos que den frutos que demuestren arrepentimiento. ¿Qué pasa si habiendo sido perdonados volvemos a pecar y nos volvemos a arrepentir? Dios nos perdona de nuevo. Su gracia, ese favor inmerecido está al alcance el pecador arrepentido. Esto no significa que vamos a vivir pecando porque existe gracia ilimitada. Sino por el contrario, su perdón nos da la fuerza para seguir adelante a pesar de nuestros pecados, amándolo más que antes y consagrándonos día a día a él. Esto implica huir de la tentación, leer y meditar en su palabra a diario, rodearnos de amigos cristianos que nos ayuden a vivir nuestra fe y vivir completamente para él.
Usted no es ni Marcelo ni Neymar, pero sí lleva muchos autogoles en su vida espiritual. Créame, Dios perdona, olvida y da nueva vida. Arrepiéntase de sus pecados, conviértase de sus pecados a Dios y experimente la vida verdadera que Dios tiene preparada para usted. Una vida que se basa en dar todo por Dios y todo por su prójimo. En amar con todo a Dios y en amar con todo al prójimo.
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