Jesús también enfrentó angustia y tristeza

julio 20, 2020

Es increíble que algunos midan “la victoria” de un cristiano porque nada malo le pasa y anda con una sonrisa de oreja a oreja, inmune ante toda aflicción que las pruebas de este mundo nos presentan.

Para estas personas todo tipo de prueba es una derrota. Es una derrota causada por ellos mismos. Por dos razones. La primera, no piden o no pidieron con fe y por eso no ven o vieron un milagro. Y la segunda, dicen que la persona está en pecado y está recibiendo un castigo de Dios. Para estas personas, ser cristiano es vivir en la tierra, como en el cielo.

Bien dijo el sabio Salomón: “En la tierra suceden cosas absurdas, pues hay hombres justos a quienes les va como si fueran malvados, y hay malvados a quienes les va como si fueran justos. ¡Y yo digo que también esto es absurdo!” La Biblia en Eclesiastés 8:14

También Jesús exclamó: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” La Biblia en Juan 16:33

Note que Jesús no habla de aflicción. Habla de aflicciones. En este mundo desde la desobediencia de Adán y Eva en el jardín del Edén y las consecuencias de su pecado, siempre ha existido la aflicción. Y ningún cristiano está libre de la misma.

Y ¿Qué cosas les dijo el Señor antes? Lea los capítulos anteriores. Habla de que serán aborrecidos, que los expulsarán de las sinagogas, que los matarán pensando quienes lo hacen que sirven a Dios, predice la traición de Judas y la negación de Pedro. Pero también, que enviará al Espíritu Santo el consolador, quien los guiará a toda verdad y que él va al Padre.

Jesús mismo enfrentó, la noche de su arresto, una terrible aflicción y una tristeza tan profunda que se sentía morir. No tema en medio de esta pandemia, expresar su angustia, ni su tristeza, a sus hermanos en Cristo.

Jesús mismo enfrentó, la noche de su arresto, una terrible aflicción y una tristeza tan profunda que se sentía morir. No tema en medio de esta pandemia, expresar su angustia, ni su tristeza, a sus hermanos en Cristo. Clic para tuitear

Hace poco, una mujer de la congregación, escribió en Facebook días después de la muerte de su esposo: “Hoy me venció la tristeza”. ¿Vamos a condenarla por ello?, ¿Debe estar con un corazón como si nada hubiera pasado?, Sabe que lo volverá a ver, que hay resurrección de los muertos, pero hay aflicción en su corazón, es tiempo de entristecerse, pero con esperanza.

 “Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».” La Biblia en Mateo 26:36

La noche de su arresto, Jesús se sintió triste y angustiado. Al punto que dijo: “Es tal la angustia que me invade que me siento morir”. Y pidió a sus más cercanos que se quedaran con él.

Muchos le hubieran dicho: “Declare victoria” o “No hable derrota, tristeza y angustia sobre su vida”. Jesús sólo estaba declarando su realidad, ante un momento, humano y tormentoso que se venía por delante.

Estar en victoria, no consiste en no tener pruebas. Consiste en permanecer con fe en Dios, aún en el lecho de muerte. Clic para tuitear

A los enfermos suelo decirles. Ore hasta que Dios le dé un milagro o hasta que Dios lo llame a su presencia.

La oración más grande que podemos hacer, es porque Dios fortalezca nuestra fe, para enfrentar cualquier prueba que venga a nuestras vidas. Para que nada nos pueda separar del amor de Dios. Porque si llega un milagro lo celebraremos y si no llega, lo enfrentaremos, pero con fe.

Jesús se sintió triste y angustiado. No se aflija, por encima de la aflicción, por sentirse así ahora. Abra su corazón con sus líderes, con sus pastores y pida oración.

Estar en victoria, no consiste en no tener pruebas. Consiste en permanecer con fe en Dios, aún en el lecho de muerte.

Estar en victoria es saber que la muerte de Jesús en la cruz, es nuestra verdadera victoria y la promesa de vida eterna, nuestra esperanza incontaminada, incorruptible e inmarchitable como dice Pedro. Una esperanza viva que jamás decae o pierde fuerza.

Dios sea con usted en medio de todas sus aflicciones. Y Su nombre sea glorificado, con su fidelidad y testimonio, a pesar de las pruebas.

Estar en victoria es saber que la muerte de Jesús en la cruz, es nuestra verdadera victoria sobre el pecado y la promesa de vida eterna, nuestra esperanza viva, incontaminada, incorruptible e inmarchitable como dice Pedro. Clic para tuitear

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