Con mi esposa e hijos hemos establecido una tradición después de desayunar cada 24 de Diciembre. Nos reunimos y les entregamos sus regalos. Hoy no fue la excepción. Nos juntamos y con cámara en mano filmamos la entrega de regalos. Ya los empaques de los mismos ahora son basura y sólo queda el regalo. Un regalo que semanas, meses o si mucho unos años después ya no servirá para nada.
Antes de entregar los regalos le tocó a mi esposa Aixa dar las palabras. Comenzó diciendo: “La mejor Navidad fue la primera cuando nació Jesús porque su regalo fue la salvación”. Todo regalo terrenal es perecedero. Incluso el tambo de gas que tengo, dice que debe revisarse cada 10 años para verificar su estado.
La mejor Navidad fue la primera y su regalo es eterno. Es ver la llegada de Jesús, el salvador de los pecados. Dios que dejó su gloria para vestirse de carne y hueso para entendernos y poder socorrernos en el momento de angustia. Aquel que fue tentado en todo pero sin pecado. El único humano que jamás pecó y pudo convertirse con ello en el sacrificio perfecto que quita el pecado del mundo. Por eso al siguiente día de haberlo bautizado, Juan el Bautista dijo: “Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Ante Dios, todos estamos fritos. Nadie puede presentarse a él sin culpa y sin rebelión. Ni las abuelitas que aparentemente cuando sudan parece que sudaran agua bendita, todos somos pecadores. Con un pecado que hayamos cometido somos culpables de muerte y de muerte eterna. Hemos quebrantado la ley de Dios y él sí es un juez justo a quien nadie lo compra ni con buenas obras. Estamos fritos ante Dios porque él es santo y nosotros pecadores.
Pero la buena noticia es que en el sacrificio de Jesús en la cruz, todos los que se arrepienten de sus pecados y creen que su muerte pagó el precio por sus pecados, que en su cuerpo recibió el castigo por sus pecados, que con su sacrificio aplacó la ira de Dios y pagó todo por nosotros, son declarados justos, no por sus obras sino por la obra de Cristo en la cruz.
¿Es usted un pecador? Bienvenido. Ha llenado el primer requisito para necesitar la gracia de Dios en Cristo Jesús. Ahora sólo debe llenar el segundo. Este es verdaderamente y de corazón no sólo lamentarse por sus pecados, pues Judas Iscariote hizo lo mismo luego fue y se ahorcó. No sólo debe lamentarse, sino arrepentirse de sus pecados. Reconocer que vivió bajo su propia ley y no bajo la ley del Creador de los cielos y la tierra. Al reconocer sus pecados, arrepentirse y creer que el sacrificio de Jesús en la cruz es lo único que lo declara justo y restablece su relación con Dios, estará encontrando la vida verdadera.
Por eso Jesús comía con recaudadores de impuestos (judíos traidores que servían a los romanos cobrando el impuesto) y con pecadores. Porque no vino a buscar a los sanos sino a los enfermos. Arrepiéntase de sus pecados, crea en el sacrificio de Jesús en la cruz como lo único que lo justifica y restaura su relación con Dios y experimentará la vida verdadera. Luego congréguese en una iglesia en donde la Biblia sea la base de la predicación y de la comunidad de creyentes.
Feliz Navidad a todos. Aunque la mejor Navidad, fue la primera.
«Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Mateo 1:21 NVI
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