Corre y va de nuevo. Comenzamos el 2,010. Este nuevo comienzo me recuerda a las palabras del sabio Salomón en Eclesiastés 1:4 y 5 “Generación va, generación viene, mas la tierra siempre es la misma. 5 Sale el sol, se pone el sol, y afanoso vuelve a su punto de origen para de allí volver a salir.”
Fred Smith solía decir “las resoluciones de año nuevo, son las confesiones del año pasado”. Es como si nos ponemos las misma metas año con año y no las alcanzamos. ¿Por qué? Considero que primero fallamos en no establecernos metas. Si no tenemos metas ya llegamos.
En segundo lugar, cuando sí nos ponemos metas estas tienden a ser tan exageradas o irreales que pronto nos damos por vencidos. Una meta debe desafiarnos pero no destriparnos.
En tercer lugar, fallamos en dividir la meta en partes más pequeñas. No nos preguntamos ¿Cómo comienzo? Ni ¿Qué sigue luego?
En cuarto lugar, no comenzamos. Todo el plan está listo, pero si no le ponemos fecha de inicio sólo soñamos despiertos.
En quinto lugar, no escribimos visualmente el beneficio de la meta. ¿Cómo me veré si bajo tantas libras? ¿Cómo me sentiré al terminar de leer la Biblia de pasta a pasta? Jim Rohn dijo: “Cómo queremos pasar por el desierto si no vemos la tierra prometida”. Por último, la pasión hace la diferencia. Si no somos responsables en apasionarnos por lo que hemos definido estamos perdidos. La pasión al final de cuentas hace la diferencia.
La pasión viene de soñar el producto final, de saber que cada paso me acerca a la meta y nadie más es responsable de darme pasión. Yo siempre digo que la única motivación que perdura es la que viene de adentro. Cuando estamos apasionados, somos disciplinados y cumplimos las promesas que nos hacemos a nosotros mismos.
Establézcase metas para el 2,010 pero también en el área espiritual. Que tal si este año comienza a ser un fiel diezmador, asiste a una célula, lee la Biblia, evangeliza a sus parientes y amigos, sirve en su congregación y vence las batallas que perdió el año pasado. Sueñe, planifique y comience, pero recuerde que la pasión hace la diferencia y la responsabilidad de tenerla es sólo suya.