El 11 de Marzo, Aixa y yo, apartamos un tiempo para celebrar nuestros quince años de matrimonio. Hace 5,478 días ambos nos fuimos de nuestras casas.
Hoy uno de mis amigos se casa. Escogió un lugar precioso a orillas del lago Atitlán. Anoche cenamos varias familias en distintas mesas de un restaurante.
El espíritu que se percibía en cada mesa era un espíritu de alegría. Es cierto, los papás tenían sentimientos encontrados. Tristeza porque se van de casa, pero alegría porque se van bien.
Cuando un hijo se casa sólo hay dos expresiones que pueden salir de la boca de los papás:
Se va de casa 🙂
Se va de casa 🙁
Es la misma frase, pero la entonación cambia totalmente el significado. Cómo se pronuncia la frase expresa ya sea felicidad o lamentación. Un día usted que es soltero se irá de casa. ¿Cuál será la expresión que usarán sus papás? Será un “Se va de casa”, pero ¿Con qué carita? ¿La feliz o la triste? Todo dependerá de a quién escoja y cómo se vaya.
Escribí dos libros de los que yo hubiera anhelado leer antes de casarme. Los he compartido gratis para que circulen por todo el mundo de habla hispana.
Creo firmemente que quienes lean estos libros y los pongan en práctica, tendrán papás que exclamarán aún con lágrimas el día de su boda un “Se va de casa”, pero con un corazón lleno de paz porque sus hijos escogieron bien y se van con bendición.
¿No ha descargado estos dos libros?
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Aprenda, viva y comparta las enseñanzas en estos libros, para que muchos se vayan de casa y el corazón de sus papás esté lleno de paz, porque se van bien, para formar familias más fuertes y unidas, que en las que nacieron.
Hoy se van dos de casa, pero se van bien. Mis mejores deseos para ustedes. Que Dios sea siempre el centro de sus vidas y de sus futuros hijos.